08 de julio de 2016 02:04
-Mario, aquí estamos
hablando de nuevo sobre nuestras cosas, o más bien sobre la suyas.- le dijo su
interlocutor sin querer adueñarse de aquello que no había salido de su cabeza
sino de la de don Mario pero como eran cosas tan de Perogrullo, había veces que
las confundía con pensamientos propios. Es lo que le hubiera gustado contestar
si a él le hubieran hecho la pregunta.
-bien, dime querido amigo,
que es lo que te preocupa hoy- le contexto este armado de paciencia y dispuesto
a charlar un rato con el joven aprendiz del pensamiento aletargado.
-¿me gustaría saber que
piensa usted sobre el miedo?
-Pero eso es una pregunta
muy general. Hay muchos tipos de miedo. Unos que te paralizan y te hacen cerrar
los puños, otros que andas con ellos a cuesta con pudor, una forma inocente o
culpable.
-hablemos del que te
paraliza.
-ese es malo. Es atávico y
van en contra de la naturaleza del hombre. El miedo nace como respuesta a los
grandes depredadores. Si te paraliza, te comen. No hay que dejarse paralizar
por el miedo. Eso es un error. El miedo es bueno cuando hace que le busquemos
una solución a la situación o circunstancia en la que nos hayamos. Es prudente
tener miedo pero no en exceso. Todo en exceso es malo y, por supuesto, una
cantidad considerable de paralización ante los hechos por el simple miedo no
responde a la naturaleza del ser humano. El hombre ha nacido para caminar hacia
delante, a pesar del miedo.
-¿y es miedo que es pudor?
-ese es distinto, aunque
también sea una forma de tener miedo, como culpa de algo. Es un miedo del poder
que hace que si te sales de los patrones establecidos sientas vergüenza. Vergüenza
por ser diferente, ese es el peor miedo que puede tener un ser humano. Hay radica
el control de la masas. Todo lo que nos hace sentirnos placenteros en una
postura cómoda esta considerado como seguro. Cuando salimos de esa seguridad
nuestro universo se mueve. Ya no sale el lucero del alba por la mañana. ha
cambiado toda nuestra cosmovisión.
-entonces es bueno sentir
ese miedo.
-por supuesto, es el miedo
de la aventura, de la osadía, del avance , de la mirada hacia delante, del
futuro. Es el miedo que debería sentir cada persona cuando emprende algo. Esa inquietud
que hace que en nuestras intenciones pongamos todo lo que podemos.
-pero hay algo más en ello,
intuyo Mario.
-el que te hace sentirte
cobarde. El que hace que sientas vergüenza por tener que cambiar. Al poder no
le gustan los cambios. Las revoluciones son expresiones del pueblo. Si todos
los pobres del mundo nos revelásemos contra los ricos no morirían niños de
hambre en una sociedad civilizada.