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viernes, 3 de junio de 2016

03 de junio de 2016

   Cada vez paso más tiempo sin escribir. Ya no es tan importante como antes. Quizá lo este relegando a una actividad residual o las circunstancias que me rodean lo están convirtiendo en un artículo que ya no es de primera necesidad. Esto me preocupa. Mi ilusión ha sido siempre escribir. O por lo menos una de las principales. Ahora no. Es algo que puedo llevarme días sin hacer y eso significa que el miedo a expresar aquello que llevo dentro es mayor que la necesidad de volcar sobre el folio en blanco mis experiencias. No podría concretar cuanto tiempo hace que no escribo un relato ¿Meses? Puede. Pero la pena no solo radica hay. Es que el mes de mayo ha pasado vertiginosamente por mi vida sin que yo haya dejado huella en él. Eso es lo más grave.
   Pero como somos hijos de nuestras circunstancias, y las mías cambian constantemente, o al menos esa es la impresión que saco de la vida, esta más cerca un futuro mejor. En él creo que existe un hueco para la escritura. Para desarrollar temas o para contar historias. Un mundo dónde yo sea escritor. Dónde la palabra no me abandone. Cuando el agotamiento no me venza y la apatía queda sumergida bajo la esfera de la realización. Un lugar en el que palpe la palabra y la haga mía aunque solo sea por unos momentos.
    Este pequeño ejercicio de ratificar lo obvio me sirve para tomar conciencia de la realidad que me rodea. Los libros y las palabras son el alimento de mi alma. Y si tengo sobrepeso en mi cuerpo físico, el que me acompaña día a día, que tiene hambre y que hace que coma, el cuerpo de mi alma es aún más voraz. Necesita alimentarse con mayores cantidades. Así nacemos algunos. No nos importa la gloria. Ni tampoco el prestigio. Hacemos las cosas porque las sentimos. Porque es el momento oportuno y si no escribimos ahora el texto se perderá entre los pensamientos del día. Por eso es primordial volver a las raíces. No es una involución. Es un giro a lo necesario. Una vuelta  a la normalidad. Para mí, el escribir, debería ser sencillo y simple, porque llevo mucho tiempo haciéndolo y porque aquellas cosas que se hacen con los sentimientos no se deben dejar de hacer.

   

1 comentario:

  1. Hola Pedro, hay veces que no es bueno darle tantas vueltas a la cabeza. Un "reseteo" de vez en cuando no viene nada mal, lo que nos gusta siempre nos aporta placar, pero si no nos apetece no tiene que ser una obligación. Vive disfruta y la escritura, sin darte cuenta, volverá a tu vida. Saludos.

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